Ya sea que hayas sido diagnosticado recientemente, hayas estado luchando contra la diabetes tipo 1 o tipo 2 por un tiempo o estés ayudando a algún ser querido, has llegado al lugar correcto. Este es el inicio para obtener un conocimiento más profundo de cómo vivir una vida más sana con todas las herramientas, consejos de salud e ideas de alimentación que necesitas. Aún puedes disfrutar tu vida al máximo, todo lo que tienes que hacer es tomar medidas y mantenerlas.
No debes avergonzarte de tenerla y cuentas con una comunidad de personas listas para apoyarte. Aprender lo más que puedas sobre ella y trabajar de manera cercana con tu equipo de cuidado de diabetes te puede dar todo lo que necesitas para tener éxito.
En la diabetes tipo 1 el páncreas no produce insulina. Este requiere el monitoreo de tu azúcar en la sangre y de administrar múltiples inyecciones diarias de insulina con un lapicero, jeringa o bomba.
Recuerda: esta es una condición que se puede manejar. Llevando un estilo de vida saludable con ejercicios y una dieta adecuada puedes vivir una vida normal y hacer todo lo que quieras hacer.
Asociación Americana de la Diabetes
Para usar la glucosa como energía, tu cuerpo necesita insulina, pero con diabetes tipo 2 tu cuerpo no produce suficiente insulina o no la usa adecuadamente y las células de tu cuerpo no utilizan glucosa para la energía que necesita. Cuando la glucosa se queda en tu sangre, esta puede causar serios problemas.
Mientras algunas personas pueden controlar sus niveles de azúcar con dieta y ejercicios saludables, otras podrían necesitar medicación o insulina para ayudar a manejarla. Sin importar cuál sea el método, tienes opciones y estamos aquí con las herramientas, recursos y apoyo que necesites.
Una parte clave del manejo de la diabetes tipo 2 es mantener una dieta saludable. Necesitas comer algo que te ayude a sentirte mejor y aun así te haga sentir satisfecho y bien nutrido. Recuerda, es un proceso. Trabaja para encontrar consejos útiles y planes de dieta que mejor se adapten a tu estilo de vida, y cómo hacer que tu ingesta nutricional sea la óptima.
El estado físico es otra de las claves para gestionar la diabetes tipo 2. Y la buena noticia es que todo lo que tienes que hacer es ponerte en movimiento. La clave es encontrar las actividades que amas y hacerlas tan a menudo como puedas.
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También se puede utilizar para diagnosticar la diabetes y para monitorear qué tan bien está funcionando tu tratamiento para la diabetes. Es un paso crítico en la formación de tu estrategia para controlar la diabetes junto a tu equipo de atención de la diabetes.
Este análisis de sangre relativamente simple puede decirte mucho. Los resultados de las pruebas te dan una imagen de tu nivel promedio de azúcar en la sangre en los últimos dos o tres meses. Cuanto más altos son los niveles, mayor es el riesgo de desarrollar complicaciones de la diabetes.
El médico te dirá con qué frecuencia necesitas la prueba de A1C, pero por lo general te harán la prueba al menos dos veces al año si estás cumpliendo tus objetivos de tratamiento. Si no estás cumpliendo tus objetivos o cambias de tratamiento, es posible que debas hacerte una prueba de A1C con más frecuencia.
¿Qué significan los números?
Los niveles objetivo de A1C pueden variar según la edad de cada persona y otros factores, y su objetivo puede ser diferente al de otra persona. El objetivo para la mayoría de adultos con diabetes es un A1C inferior al 7%.
Los resultados de la prueba A1C se reportan como un porcentaje. Cuanto mayor sea el porcentaje, mayores son los niveles de azúcar en la sangre en los últimos dos o tres meses. La prueba de A1C también se puede utilizar para el diagnóstico, según las siguientes pautas:
Si tu nivel de A1C está entre 5.7 y menos de 6.5%, tus niveles estaban en el rango de prediabetes. Si tu nivel de A1C es de 6.5% o más, tus niveles estaban en el rango de diabetes.
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No importa si vives con el tipo 1 o el tipo 2, la dieta y el ejercicio son dos de las herramientas más poderosas que tienes. No solo te ayudan a controlar tu azúcar en la sangre, sino que pueden significar la diferencia entre sentirte mal o sentirte bien.