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Efectos del tabaco en la piel y cómo prevenir su deterioro

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Imagen de los efectos del tabaco en la piel de una mujer mayor.

Tiempo de lectura: 7 minutos

El consumo de tabaco es uno de los hábitos más perjudiciales para la salud, y según la Organización Mundial de la Salud, mata a más de ocho millones de personas todos los años. Sus efectos negativos son muy variados, y van desde el desarrollo de enfermedades crónicas como el cáncer hasta problemas de salud en la piel.

En este artículo nos centramos en esto último, y explicamos cuáles son los principales daños del tabaco en la piel, cuáles son algunas de las enfermedades dermatológicas relacionadas a su consumo, y qué medidas tomar para prevenir el deterioro de la piel asociado a esta sustancia.

Aquí veremos una de las múltiples consecuencias del tabaco, para conocer el resto te recomendamos leer nuestro artículo en el enlace anterior. 

Principales daños del tabaco en la piel

El American Osteopathic College of Dermatology habla sobre el tabaco, resaltando que su humo contiene una gran cantidad de sustancias nocivas, incluyendo mutágenos y cancerígenos. Además, está asociado a enfermedades cardíacas, enfermedades pulmonares, cáncer y el envejecimiento prematuro de la piel.

Algunos de estos efectos de la nicotina son inmediatos, y se pueden ver tan pronto como se empieza a fumar. Es común ver que las personas que adoptan este hábito empiezan a sufrir cambios en la apariencia de la piel, incluyendo la aparición de un tono amarillento en los dedos y en las uñas.

Por otra parte, en el largo plazo, hay efectos negativos como piel seca, cambios en la pigmentación de la piel, ojeras o bolsas en los ojos, arrugas y surcos faciales más profundos. Para tener una referencia de lo que causa en la piel, basta mencionar que la apariencia de un fumador de 40 años puede ser parecida a la de un no fumador de 60 años.

Parte de estos efectos que mencionamos se deben a la degradación de las fibras elásticas de la piel, el estrechamiento de los vasos sanguíneos, y la reducción en los niveles de vitaminas importantes como la vitamina A. Estos daños son acumulativos, y tienen un mayor impacto en las personas que tienen más tiempo fumando.

De hecho, en el ámbito médico, este conjunto de características que mencionamos recibe el nombre de “cara de fumador”, según resalta Action on Smoking and Health. Para profundizar más en esto, y entender por qué tiene un impacto tan importante en la salud de la piel, veamos algunos de los efectos del consumo de esta sustancia.

Los expertos coinciden en que el tabaco:

  • Disminuye la oxigenación de la piel, afectando su salud y apariencia.
  • Favorece la pérdida de colágeno y elastina, lo que provoca flacidez y arrugas.
  • Aumenta la producción de radicales libres, acelerando el envejecimiento prematuro.
  • Reduce los niveles de vitamina A, afectando la regeneración celular.
  • Disminuye la vitamina C, esencial para la síntesis de colágeno.
  • Interfiere en la hidroxilación del estradiol, afectando el equilibrio hormonal de la piel.
  • Dificulta la cicatrización, retrasando la recuperación de heridas y lesiones.
  • Deshidrata la piel, volviéndola seca y apagada.
  • Puede causar estrías y flacidez debido al daño en las fibras de soporte de la piel.
  • Aumenta el riesgo de cáncer de labios y cáncer de piel.
  • Daña la estructura del cabello, volviéndolo frágil y quebradizo.

A todos estos efectos negativos se suma el impacto que tiene sobre otros órganos, y las enfermedades que mencionamos al principio de este apartado. Fumar es un hábito que daña el cuerpo de manera general, y que tiene consecuencias de corto y de largo plazo

Persona que rompe un cigarrillo para no padecer los efectos del tabaco en la piel.

Enfermedades dermatológicas relacionadas con el tabaco

Tomando como referencia el artículo de Action on Smoking and Health, también podemos hablar de las enfermedades dermatológicas relacionadas con el consumo de tabaco. Y es que este hábito no solo le da una apariencia envejecida a la piel, sino que puede ser un factor de riesgo para enfermedades como la psoriasis, la dermatitis y el cáncer de piel, entre otras más.

Aunque solo un tres por ciento de la población llega a sufrir de psoriasis, según Healthline, se ha comprobado en varios estudios que el consumo de tabaco aumenta significativamente el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Además, puede agravar los síntomas y desencadenar brotes más severos y frecuentes.

Si bien se trata de una enfermedad que no es mortal, afecta la calidad de vida de las personas, puede desfigurar la piel y causar problemas emocionales y psicológicos. Lo mismo sucede con la dermatitis y otras afecciones cutáneas, ya que las sustancias que contiene el tabaco pueden causar inflamación, debilitar la piel y hacerla más vulnerable.

Pero sus efectos no se detienen allí, el consumo de tabaco aumenta considerablemente el riesgo de padecer cáncer de piel. The Skin Care Network explica que hay una conexión clara entre el tabaquismo y el carcinoma de células escamosas, y que las personas que fuman tienen hasta tres veces más riesgos de padecer de esta enfermedad.

Asimismo, las estadísticas señalan que los pacientes de melanoma que tienen un historial de tabaquismo, tienen hasta un 40 por ciento menos de probabilidades de sobrevivir al cáncer de piel. Aunque no hay consenso sobre las razones exactas por las que esto sucede, algunos estudios señalan que se debe a que el tabaco daña las células del sistema inmunitario y causa un daño generalizado sobre el ADN.

Ahora que ya tienes claro cuáles son algunas de las enfermedades que causa el tabaco, veamos qué otros factores influyen en el envejecimiento de la piel y potencian los efectos negativos de la nicotina. 

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Factores que potencian el daño del tabaco en la piel

Si bien el tabaco por sí solo puede tener un profundo efecto negativo sobre la salud de la piel, existen otros factores que pueden contribuir a que este órgano, el más extenso del cuerpo humano, se deteriore.

Uno de los primeros factores que tenemos que mencionar es el de la alimentación, y es que lo que comemos puede afectar la salud y la apariencia de la piel. Un artículo publicado en la National Library of Medicine habla de esto y resalta que, aunque el envejecimiento de la piel es un proceso biológico natural, los desequilibrios nutricionales y los malos hábitos alimentarios pueden acelerarlo.

Por otra parte, una dieta equilibrada y rica en antioxidantes, vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales puede ayudar a retrasar los signos del envejecimiento, como las arrugas, la flacidez y la pérdida de elasticidad. Claro que se trata de algo que pierde efectividad en quienes consumen tabaco.

Pero la alimentación no es el único factor externo que potencia los efectos negativos del tabaco sobre la piel. A esta lista hay que sumar también el impacto que tienen factores como el estrés y la contaminación ambiental.

El estrés, por ejemplo, conocido por desencadenar la liberación de cortisol en el cuerpo, también debilita la piel y la hace más vulnerable a irritaciones, infecciones y enfermedades. Se trata de una condición que puede exacerbar afecciones dermatológicas preexistentes, como el acné, la psoriasis y el eccema, al aumentar la inflamación y alterar el equilibrio natural de la piel.

Para cerrar este punto y pasar al siguiente, es necesario que hablemos de los efectos negativos del alcohol, una sustancia que muchas veces se consume de manera simultánea con el tabaco. Para tener una idea de lo peligrosa que es esta combinación, basta con señalar que aumenta hasta en cinco veces el riesgo de padecer cáncer de laringe y de esófago.

En cuanto a sus efectos sobre la piel, Medical News Today explica que el alcohol deshidrata la piel, causa enrojecimiento, y aumenta el riesgo de sufrir infecciones cutáneas y cáncer de piel.  

Persona que rechaza un cigarrillo para no padecer los efectos del tabaco en la piel.

¿Se puede revertir el daño del tabaco en la piel?

El daño causado por el tabaco en la piel no se puede revertir del todo, y las medidas que puede tomar una persona para tratar de controlar estos efectos son muy limitadas. Lo principal es dejar de fumar, ya que el daño que produce esta sustancia es acumulativo, por lo que es mayor si se fuma durante más tiempo.

En todo caso, es posible ver algunas pequeñas mejoras en la piel cuando se abandona el tabaco, sobre todo porque la producción de colágeno permite que la piel tenga más brillo, y porque abstenerse de consumir este tipo de sustancias puede contribuir a la eliminación de algunas manchas y la hiperpigmentación.

Sin embargo, hay que aclarar que entre más tiempo se espere para dejar de fumar, más difícil es que la piel se recupere y se revierta parte del daño que produce este hábito. Para empezar a ver los beneficios de dejar de fumar, hay que abandonar el consumo de esta sustancia tan pronto como sea posible

¿Cómo proteger la piel del deterioro por el tabaco?

La respuesta a esto es muy sencilla, y es que para evitar todos los efectos negativos que mencionamos a lo largo de este artículo, lo más importante es dejar de fumar. Asimismo, las personas deberían esforzarse por tener un estilo de vida saludable, realizando suficiente actividad física durante la semana y teniendo una dieta equilibrada.

Dejar de fumar no solo beneficia la piel, sino que está demostrado que mejora la calidad de vida de las personas; aumenta hasta en diez años la expectativa de vida; reduce el riesgo de padecer diferentes enfermedades, incluyendo ciertos tipos de cáncer; y tiene un impacto positivo a nivel económico, familiar y social.